Eduardo Galeano – El deseo
El hombre encontró la lámpara de Aladino tirada por ahí. Como era un buen lector, el hombre la reconoció y la frotó El genio apareció, hizo una reverencia, se ofreció: – Estoy a tu servicio, amo. Pídeme un deseo y será cumplido. Pero ha de ser sólo un deseo. Como era un buen hijo, el hombre pidió: – Deseo que resucites a mi madre muerta. El genio hizo una mueca. – Lo lamento, amo, pero es un deseo imposible. Pide otro. Como era un buen tipo, el hombre pidió: – Deseo que el mundo no siga gastando dinero en matar gente. El genio tragó saliva: – Este… ¿Cómo dijo que se llamaba su mamá? Eduardo Galeano. Extraído del libro “Patas para arriba” |