El empoderamiento de la mujer, herramienta para la transformación social

En Latinoamérica y en el mundo las mujeres están inmersas en una  lucha , lucha que será efectiva solamente si se asume desde una postura de lucha de clase. Son las mujeres trabajadoras las que sufren día a día la opresión patriarcal (sistema de relaciones sociales sexo – política basada en la apropiación de la fuerza productiva, reproductiva, de sus cuerpos y productos por parte de las instituciones privadas y publicar instauradas por hombres de forma colectiva o individual) además del material. Por lo que resulta imposible acabar con el patriarcado de manera separada sin atacar el capitalismo.

Las mujeres en América Latina, en los diferentes países han avanzado en sus luchas, en Argentina en las primeras décadas del siglo XX aumentaba el número de mujeres que laboraban así lo indica Asunción Lavrin sostiene:  “el censo de 1914 mostró que en Buenos Aires las mujeres constituían el 16% de la totalidad del trabajo industrial, empleadas principalmente (93.2%) en el procesamiento de alimentos, vestuario, industrias químicas y empaquetadoras. Entre 1845 y 1941 el número de mujeres empleadas en el comercio se duplicó, el número de maestras aumento casi siete veces y casi se triplico el número de mujeres trabajando en profesiones de la salud”. Estas mujeres engrosaban las filas de la clase trabajadora y pertenecía a los movimientos socialista y anarquistaque a través de sus luchas logran el derecho al voto en 1947.

En el Perú en el periodo de la industrialización las mujeres ingresaron al trabajo asalariado y esto permitió que alrededor de 1905 las mujeres participaran en la lucha política y sindical como resultado de sus luchas en 1955 lograron el derecho al voto. En México la incorporación de la mujer a los espacios sociales, políticos y militares se dio durante el movimiento revolucionario en 1910 quienes hacían actividades militares, promovían las ideas revolucionarias, eran espías, correo, enfermeras. En el año de 1953 se reconoció el derecho al sufragio femenino. En Panamá el debate sobre el sufragio y los derechos de las mujeres se inicia en 1922 y se obtuvo este derecho en 1946 otros países en que las mujeres para esta época avanzaban en ganar sus derechos fueron Guatemala y Venezuela. Colombia su uno de los últimos países de en aprobar el sufragio de las mujeres. Esto demuestra que, aunque Colombia ha tenido el sistema “democrático” más estable esto no es garantía  de que las mujeres y los pueblos tengan garantizados sus derechos y la participación política real.

El empoderarnos de la mujer busca  ganar los lugares que les corresponde a través de la cualificación política, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad capitalista, patriarcal y machista y que, si las mujeres no luchan y pelean por estos lugares, una pelea sin violencia, pero con ideas, conocimiento y decisión, por sí solo no serán reconocidos estos espacios.

En la participación política de la mujer se debe tener en cuenta que   en la actualidad la participación en los cargos de elección popular es limitada. “La militancia partidaria está muy equilibrada, varía entre el 40% y 60 % de hombres y mujeres. Sin embargo, en los puestos de dirección (sean secretarías generales o presidencias partidarias) este porcentaje varía considerablemente y solo un 20% de mujeres dirigen las organizaciones políticas. Es decir, a más poder menos mujeres”. Así lo demuestran estudios que IDEA ha realizado con el BID”. Es muy importante resaltar que este derecho político se ha ganado gracias a las luchas de mujeres empoderadas que han buscado su lugar en la historia y que han hecho parte de la clase proletaria. Pero que para la actualidad en la mayoría de estos cargos políticos los ejercen mujeres de la clase burguesa que continúan oprimiendo a la mujer y a la clase popular.

Para la actualidad, la equidad e igualdad en los puestos de poder no se da, y por lo tanto se deben exigir a través convenciones como la de (Ley de paridad en Argentina o la convención Beijing: LA DECLARACIÓN DE BEIJING IV Conferencia Mundial sobre las mujeres) para la participación, cosa que molesta, ya que la mujer  busca y exige participar en los puestos políticos y en los lugares de toma de decisiones.

A esto se le suma que por diferentes factores entre ellos los socio- culturales y económicos a los que hemos tenido que enfrentarnos históricamente las mujeres  en el sistema capitalista y  en que nos encontramos sumergidas la brecha cada día se ve más marcada  «la mayor igualdad de oportunidades se producen  en los niveles altos, manteniéndose las mayores discriminaciones en los grupos rurales pobres y ha persistido la diferencia entre las ‘muy educadas’ y las analfabetas…» [1] .Donde  desafortunadamente esto ha hecho  que muchas de las mujeres  lleguan a esos espacios políticos con poca capacidad y conocimientos y por lo tanto, no accedan a los cargos políticos de toma de decisiones y aquellas  que están en estos puestos sean de la clase burguesa   y por lo tanto no representan, ni defienden las luchas de las mujeres de la clase proletaria. «las mujeres analfabetas son las pobres, viejas, negras y rurales…»

Una gran mayoría de las organizaciones de bases de los partidos políticos son mujeres, ellas son las que organizan, las activistas y agitadoras de las campañas de estos partidos. Pero a la hora de elegirlas, muy pocas lo logran porque todavía hay una concepción patriarcal y machista de la política.

Aunque en la lógica, los partidos políticos son instituciones por ende deben promover impulsar la participación de las mujeres dentro de esas instituciones; pero esto no aplica en la realidad, solo si las mujeres logran empoderasen y cualificarse políticamente logran la participación política. No debemos perder de vista que las mujeres han exigido el piso mínimo de participación para ocupar cargos políticos y que por lo general son asignados en un segundo o tercer lugar. Según informe para El Programa Desarrollo de las Naciones Unidas para el 2017 solo el 10% de los cargos políticos en el mundo eran ocupados por mujeres.

Es por esto que las luchas de las mujeres van más allá de la participación política en miras de lo electoral. La organización social y la luchas a través de la movilización son mecanismos que le han permitido a las mujeres ganar espacios de decisión y algunos derechos. Ejemplo de esto son los movimientos femeninos  como el de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM)  un espacio crítico del capitalismo y las consecuencias en la vida de las mujeres y que desde 1995 han hecho protestas y propuestas en temas como autonomía económica de las mujeres; el bien común y los servicios públicos; paz y desmilitarización; y violencia hacia las mujeres. La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC/LVC, que alberga a mujeres campesinas, indígenas y negras organización es una organización que ha venido fortaleciendo la lucha feminista como forma de resistencia, denuncia y enfrentamiento al capitalismo y al patriarcado donde las mujeres del campo siguen fortaleciendo la lucha de clase.

En Colombia encontramos Confluencia de Mujeres para la Acción Pública  un espacio donde confluyen mujeres organizadas y no organizadas que trabajan la creación colectiva de acciones que trasforme las condiciones de vida de las mujeres y de la sociedad en general. Y en la región Centro Oriente la Asociación Regional de Mujeres “María Antonia Santos Plata” un espacio donde las mujeres junto a otras organizaciones sociales construyen poder popular a partir de la organización social y avanzan en las transformaciones de país. El empoderamiento de las mujeres será la herramienta que permita y coadyuvé a las transformaciones de una sociedad donde las mujeres y hombres tengan vida digna y una vida libre de violencias.

Referencias


admin

Organización Social y en defensa de los DDHH

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